Desde Génova se espera una durísima respuesta de Rajoy a la osadía de Aguirre
¿Le espera al PP madrileño una noche de “cuchillos largos”?
El Plural Descartado el Congreso de confrontación que se podría haber dado en caso de que Aguirre hubiera decidido presentarse a la cita valenciana el próximo mes de junio y allí competir con Rajoy, viene ahora la otra guerra, la guerra de las ideas. Ahí, la lideresa está dispuesta a echar toda su carne en el asador, en un intento, yo diría que desesperado, por volver a coger la iniciativa. Ella y los suyos saben que “Roma no paga traidores” y que Rajoy no le va a perdonar nunca todo el revuelo levantado durante los últimos meses y que ha puesto el partido “patas arriba”, como bien señala un dirigente andaluz. En esta nueva guerra de las ideas, las primarias son el principal caballo de batalla y la única arma que le queda a Aguirre para ganar parte del terreno perdido en su primera partida.
Para lograr su objetivo, la presidenta de la comunidad madrileña está tratando de llevar hasta las bases del partido y sobre todo a los compromisarios la necesidad de que estos últimos, llegado el momento, tengan la valentía de apoyar la propuesta que en este sentido se está elaborando por parte del equipo de la lideresa. Sin embargo, y al igual que su primera batalla, en esta, Aguirre tampoco cuenta con las mejores cartas, si es que cuenta con alguna, y lo digo porque también en este caso Rajoy juega con las cartas marcadas y con el resto de jugadores dispuestos a darle las que necesite.
Los nuevos barones
Esos jugadores no son otros que los actuales barones del PP. Quién nos iba a decir hace unos años que los populares iban a imitar a los socialistas en eso de las baronías; así, los líderes de Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla y León, Castilla y la Mancha, Galicia, Baleares y Canarias ya han empezado a enviarles a Aguirre y a los suyos, el mensaje de: “¿Primarias? No, gracias”. Y, para lograrlo, nada mejor que contar ya con antelación con los compromisarios más afines a los respectivos aparatos regionales y provinciales, quienes, sin ninguna duda, no van a permitir que Aguirre y sus incondicionales –y pronto más de uno empezará a abandonar el barco- logren sacar adelante esas primarias, que, de llevarse a cabo, podrían poner contra las cuerdas a más de un barón.
Un partido a la deriva
Hoy el PP es un montón de gente sobrada en dinero, y quizás de preparación, que van de suficientes y sobrados por la vida, donde les unen más las relaciones personales y el clientelismo que la estructura de partido. Por eso, y tras las dos últimas derrotas electorales, este partido es una formación política a la deriva y sin rumbo. Con un partido sin dirección y con los posibles candidatos alternativos esperando un nuevo batacazo electoral de Rajoy para empezar a luchar por la cartelera electoral. Todos ellos saben que en cuanto los militantes de base pudieran decidir sobre quién o quiénes deberían encabezar las listas electorales, los políticos profesionales, los funcionarios, los asesores y los fontaneros saldrían unos por la ventana, y los más afortunados se incorporarían sin ningún problema en aquellas empresas privatizadas durante la época “dorada” de Aznar. Tal y como ha hecho recientemente Eduardo Zaplana, el mismo que confesó en su día que él “sólo estaba en política para forrarse”…
Una selección a la carta
Todos saben que de dar ese poder a las actuales bases del PP, el partido volaría por los aires y ello sería no sólo el final de Rajoy, sino también el final de los Arenas, Camps y compañía… De ahí el especial cuidado con el que se ha llevado a cabo la elección de compromisarios. Y es que este Congreso, como bien empieza a decir más de un militante, va a ser el Congreso de los cargos. Nunca un Congreso nacional habrá contado con la asistencia de tantos cargos electos y políticos profesionales. Basta echar una mirada a las listas de los elegidos para asistir a la cita valenciana para darse cuenta de ello. De ahí que casi el 90 por ciento de los asistentes a la cita valenciana sea consciente de lo que se jugarían en caso de dar la oportunidad a las bases de poder elegir a sus candidatos a través de unas primarias.
A la espera de una nueva refundación
De acceder a este deseo, hoy fervientemente defendido por Aguirre y los suyos, el caso sería el inicio de una nueva etapa para la derecha española. Una derecha que reclama como nunca una nueva refundación del partido. En una palabra, saber, si a estas alturas, liberales, conservadores, demócratas-cristianos, socialdemócratas,… pueden convivir conjuntos en este proyecto, como insinúa la liberal Aguirre, o bien sobran, como bien dijo el mismísimo Rajoy hace unos días, en respuesta a la lideresa. Que Esperanza Aguirre haya preparado el cisco que ha preparado sólo se entiende desde el cainismo político, la soberbia y la inexperiencia. Incluso la aguerrida ciudadana, ejemplo de la mala utilización de los tiempos y la descortesía -a pesar de tanto pavoneo pijo- le ha hecho un daño enorme a su partido.
Esperando la noche de cuchillos largos
Esperanza Aguirre y su equipo -ya lo hemos dicho-, están dispuestos a resistir como el pueblo de Madrid resistió aquel 2 de Mayo de 1808. Nadie a estas horas puede dudar de que el PP madrileño sea una máquina política bien engrasada y dirigida con mano férrea. Por supuesto. Pero también hay que reconocer que el “rajoyismo” tampoco se queda manco. Su respuesta -nadie lo duda ya en la calle Génova- va a ser dura. El gesto de Rajoy rehuyendo primero a asistir a los actos organizados por la comunidad para festejar los actos conmemorativos del 2 de Mayo, aunque luego haya venido la rectificación, va a ser una mera anécdota para lo que puede suceder una vez terminado el Congreso Nacional. En ese momento será la hora de pasar y cobrar todas las facturas pendientes. La noche de los “cuchillos largos” amenazará entonces a los inquilinos de la planta primera de la Calle Génova, sede del PP madrileño. Y para comenzar y tal y como se empieza a insinuar por parte de mas de un allegado a Rajoy, la cabeza de Granados, mano derecha de Aguirre, será la primera en caer. En ese momento veremos si Aguirre es capaz de rebelarse y presentar batalla, o bien, como Herodes Antipas, acepta presentar en bandeja de plata la cabeza de su colaborador. Ese será el castigo que se le empiece a infligir a la lideresa por su osadía.
Las recomendaciones del “Patrón”
Y eso por no hablar de la otra medicina que le podrían aplicar a la presidenta de la comunidad, si finalmente Rajoy decidiese seguir las recomendaciones del “Patrón”, término por el que se conocía a Manuel Fraga en su época de presidente de AP, cuando este partido tenía su sede el la madrileña calle Silva, y decide nombrar a Ruiz Gallardón secretario general de partido. Un nombramiento que terminaría por desencadenar un auténtico terremoto no sólo en el PP madrileño sino que supondría el divorcio definitivo y la ruptura entre Rajoy y aquellos medios que todos conocemos.